Mimoke es alta joyería ética. Con foco en la innovación tecnológica, crean diamantes de laboratorio que cuidan a la tierra y a las personas. Son mejores diamantes en todos los sentidos. Sergio Murcia, CEO y fundador, nos cuenta sobre este emprendimiento que toma cada vez más fuerza.
¿Qué significa la joyería «ética»?
Es joyería que se produce a partir de tomar diferentes decisiones sobre todo a nivel de operaciones, para hacerle el mínimo daño al planeta y cuidar a la gente. La ética parte de revisar todos los procesos ya estandarizados y darles una vuelta sostenible. En la joyería tradicional se transporta mercancía de punta a punta del planeta sin tener en consideración el daño medioambiental. Desde Mimoke apostamos a crear las mismas piezas, pero en el laboratorio. Nos dedicamos exclusivamente al mercado en el que trabajamos y creamos puestos de trabajos cualificados y bien retribuidos.
¿En qué consta el proceso del diamante de laboratorio?
Lo que hacemos es replicar las mismas condiciones de la naturaleza (carbono, agua, temperatura y tiempo), pero en un medio controlado. Para extraerlo de la mina hacen falta mover millones de toneladas de tierra, gastar millones de litros de agua y energía. El diamante de laboratorio también requiere de recursos, ¿Consume energía? Sí, pero no deja de ser la mitad de lo que se gasta en producir uno natural.
¿Por qué elegir joyas éticas?
Porque al final se está optando por un producto que no daña a la naturaleza, que cuida a las personas y se comercializa a un precio que consideramos más justo. Es posible acceder a joyas realmente dignas a partir de 500 euros. Los diamantes naturales y de laboratorio son exactamente iguales. Su diferencia se encuentra a nivel molecular, pero ópticamente no existe ninguna diferencia.